Alcoholismo de fiestas, sábados y domingos
campusmexico.mx
Las fiestas
son la ocasión que los mexicanos aprovechan para consumir bebidas alcohólicas,
pero hay muchos que no dejan pasar los fines de semana para empinar el codo.
Los datos recogidos por los encuestadores apuntan que 65.7% de los jóvenes de
entre 18 y 29 años afirman que bebe en ocasiones especiales. Pero casi una
cuarta parte de los entrevistados aceptó que toma alcohol los fines de semana,
0.5% dice que lo hace entre semana y 2.5% reconoció que toma cualquier día.
Entre los
mayores, de 30 años o más, las cosas no son tan diferentes: 14.5% dijo que bebe
los fines de semana, 1.3% que sólo lo hace entre semana, 2.5% que cualquier día
y 61.9% que únicamente en ocasiones especiales.
Un 4.6% de
los jóvenes afirmó que nunca consume bebidas alcohólicas, 15.2% de los mayores
de 30 declaró que es abstemio. Un 4% no contestó o dijo que no sabe cuando le
preguntaron.
Sin pensarlo dos veces, un niño se toma una cerveza
en la fiesta. Y ve su efecto: está más relajado, habla fluidamente, se atreve a
acercarse a esa niña tan bonita. Lo encuentra rico y consume en situaciones
sociales.
La mayoría queda ahí, pero alrededor del 10% se transforma en alcohólico.
Aunque en las últimas décadas ha variado la definición de esta enfermedad,
existen dos conductas que definen esa condición. Un joven es alcohólico cuando
necesita tomar todos los días o cuando se emborracha cada vez que toma porque
no tiene capacidad de parar.
La importancia de la genética:
Pero el componente genético, también es
determinante. Estudios norteamericanos han comprobado que el cerebro de ciertas
personas convierte el alcohol en una sustancia química de gran dependencia.
El cuerpo humano transforma el alcohol en acetaldehído, sustancia muy tóxica, que, luego de un proceso químico, felizmente se elimina como dióxido de carbono y agua. En personas genéticamente predispuestas, en cambio, una pequeña cantidad del venenoso acetaldehído no es eliminada y se va al cerebro donde se convierte en productos que pueden causar dependencia. Esta sustancia, la misma que produce el cerebro con la heroína, es un sedante de fuerte grado de adicción, por ejemplo. Su cerebro va guardando esta sustancia hasta que, en algún momento de la vida, se transforma en alcohólico.
No se sabe
por qué a algunos les ocurre jóvenes y a otros, ya jubilados. Lo cierto es que
esa persona se siente impulsada a beber aunque sabe que se está dañando. Pierde
el control sobre su consumo y el dejarlo trae síntomas de abstinencia, como
ansiedad y temblores. Está enfermo.
El papel de la familia: la fuerza de los
antecedentes.
El 95% de los pacientes tiene un familiar
alcohólico. No se trata de que esté botado en la calle. Sólo con
"necesitar" un trago a las ocho de la noche todos los días, ya se es
adicto.
Enseñar a tomar desde chico: la gran mentira
Con estos descubrimientos se echa por tierra la idea de "enseñar a tomar". En muchas familias se sirve a los niños un poco de vino u otro trago para que "aprendan". Esto hará que les guste, tomen y, sin saberlo, acumular esa sustancia nociva.
Antes el control social era más fuerte. No había tanto acceso al alcohol, ni plata y era mal visto emborracharse. Ahora es más fácil. Por eso es importante tener presente que, por genética, unos tienen mejor "cabeza" que otros. Mientras más tarde "aprendan a tomar", mejor.
Con estos descubrimientos se echa por tierra la idea de "enseñar a tomar". En muchas familias se sirve a los niños un poco de vino u otro trago para que "aprendan". Esto hará que les guste, tomen y, sin saberlo, acumular esa sustancia nociva.
Antes el control social era más fuerte. No había tanto acceso al alcohol, ni plata y era mal visto emborracharse. Ahora es más fácil. Por eso es importante tener presente que, por genética, unos tienen mejor "cabeza" que otros. Mientras más tarde "aprendan a tomar", mejor.
Con solo dos latas de cervezas se puede manifestar alegría, un juicio algo menor y una menor
concentración con una conducta de deshibición social y una mayor tiempo de
reacción frente a los estímulos , además los movimientos se hacen mas torpe y
hay un menor campo visual. Si uno mide la concentración de alcohol en la sangre
la cifra nos da entre 0.5 a 1 gramo por /00
referencia:
http://campusmexico.mx/2012/03/14/alcoholismo-de-fiestas-sabados-y-domingos/