domingo, 16 de diciembre de 2012

EFECTOS DEL ALCOHOL SOBRE LA ADOLECENCIA

EFECTOS DEL ALCOHOL SOBRE LA  ADOLECENCIA

Las investigaciones muestran que los adolescentes que abusan del alcohol pueden recordar 10% menos de lo que han aprendido que los que no toman.
En una encuesta de 1999, el 31% de los estudiantes de noveno grado informó haber estado en un automóvil conducido por una persona que había ingerido alcohol. Casi el 5% de los estudiantes de noveno grado informó haber conducido una o más veces bajo los efectos del alcohol.
De los jóvenes menores de 15 años que perecieron en accidentes automovilísticos en el 2000, el 20 por ciento murió en accidentes relacionados con el alcohol.
Entre los jóvenes de 12 a 17 años que toman alcohol, el 31% tenía niveles extremos de angustia y 39% exhibió problemas serios de conducta.
En 1997, las muertes por suicidio y homicidio representaron casi el 16% del total de muertes entre jóvenes de 9-15 años. El veintiocho por ciento de los suicidios y el 46% de los homicidios pueden atribuirse directamente al alcohol.
En una muestra nacional representativa de jóvenes de 12-16 años, los que tomaban alcohol tenían niveles más altos de presión arterial diastólica que los que no tomaban alcohol.
Los adolescentes que toman alcohol en exceso tienen los mismos riesgos de salud a largo plazo que los adultos que toman alcohol en exceso.
Las jóvenes de 12 a 16 años que toman alcohol tienen una probabilidad cuatro veces mayor de sufrir depresión que las que no beben.
Las adolescentes que toman alcohol tienen niveles más altos de estradiol (un estrógeno) y testosterona que las que no beben. Los niveles altos de estrógeno pueden contribuir a aumento en el riesgo de ciertas enfermedades, incluido el cáncer de mamas. Los niveles altos de testosterona están asociados con un aumento en el riesgo de uso de sustancias controladas.
El alcohol produce sobre el organismo un efecto tóxico directo y un efecto sedante; además, la ingestión excesiva de alcohol durante periodos prolongados conduce a carencias en la nutrición y en otras necesidades orgánicas, lo cual complica la situación. Los casos avanzados requieren hospitalización. Los efectos sobre los principales sistemas del organismo son acumulativos e incluyen un amplio rango de alteraciones en el aparato digestivo, entre las que destacan las úlceras de estómago y de duodeno, la pancreatitis crónica y la cirrosis hepática, así como lesiones irreversibles en los sistemas nerviosos central y periférico.
Pueden llegar a producirse desmayos, alucinaciones e intensos temblores, síntomas del síndrome de abstinencia alcohólica más grave, y el delirium tremens, que puede ser mortal a pesar del tratamiento adecuado; esto último contrasta con los síndromes de abstinencia de drogas como la heroína, que aunque muy aparatosos rara vez son fatales. Se ha demostrado en fechas recientes que la ingestión de alcohol durante la gestación, incluso en cantidades moderadas, puede producir daños graves en el feto, especialmente retraso en el desarrollo físico y mental; la forma más grave de este retraso, poco frecuente, se llama síndrome de alcoholismo fetal.
El alcohol se incorpora rápidamente al torrente sanguíneo. A nivel del Sistema Nervioso Central, provoca depresión de las funciones de autocontrol y autocrítica, disminuye la coordinación motriz y afecta la respiración y la circulación.

Los efectos crónicos pueden ser:

· Trastornos severos de la conducta y de la comunicación, tanto afectiva como social
· Disminución de las facultades mentales y obsesión por la ingesta de alcohol
· Trastornos en la sexualidad
· Lesiones orgánicas, como gastritis, úlceras, pancreatitis aguda y crónica, cirrosis,  hepática, infertilidad, etc...


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